En una noche llena de emoción y gratitud, la Fundación de Obras Sociales Vicentinas (OSOVI) llevó a cabo la décima edición de los Premios Quetglas 2023 en San Pedro Sula, Honduras. Estos premios, que honran y reconocen la labor altruista y dedicada de individuos que impactan profundamente en la sociedad hondureña, se han convertido en un evento anual muy esperado. En esta edición, los cuatro finalistas altruistas destacados fueron: Jenny Mains, Soledad Donaire, Marcela Fernández y el Padre Patricio Larrosa Martos, cada uno de ellos contribuyendo desde sus respectivas áreas de trabajo para hacer del mundo un lugar mejor.
La Fundación OSOVI, comprometida con la asistencia y el apoyo a los más necesitados en la sociedad hondureña, ha estado organizando estos premios desde hace una década, en honor a la memoria del filántropo español Francisco Quetglas, quien dejó un legado de servicio desinteresado y generosidad. Los Premios Quetglas se han convertido en una plataforma para reconocer y celebrar a aquellos que siguen su ejemplo y hacen una diferencia positiva en la vida de los hondureños.
Finalmente, la gran noche llegó a su clímax cuando se anunció que el premio de 4000 dólares sería otorgado a Marcela Fernández, representante del Proyecto Uremu. Esta donación es un reconocimiento a la labor incansable de Marcela y su equipo en el apoyo a niños y niñas de la ciudad de San Pedro Sula.
El Proyecto Uremu se ha destacado por su dedicación en la promoción de la educación y el bienestar de los niños en la comunidad. La donación otorgada a Marcela y su proyecto no solo es un premio monetario, sino también un respaldo a la noble causa que persigue, que es brindar oportunidades y esperanza a los más jóvenes de San Pedro Sula.
La emoción de Marcela Fernández era palpable cuando subió al escenario para recibir el premio. Sus palabras reflejaron su gratitud hacia OSOVI y todos aquellos que apoyan la causa de Uremu. "Este reconocimiento no solo es para mí, es para mi familia y seres queridos, quienes han sido una fuente inagotable de apoyo y amor incondicional en esta noble causa. Gracias por este honor. Llevo ya ganados 8 años, ya que cada uno de los días que sirvo a Uremu me permite ganar la sonrisa de un estudiante, un abrazo con un amor genuino, lágrimas que me hacen crecer al ver un sueño cumplido al poder ofrecerles a cada uno nuevas oportunidades a través de la música. Este premio se lo dedico a todos aquellos que se han unido a llevar la música a nuestras comunidades. Sigamos trabajando para hacer de Honduras un lugar mejor para todos.
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